¿Te habías preguntado alguna vez sobre las altas temperaturas en los vehículos y su incidencia en el desgaste? Pues en las llantas es altísima. La fricción generada por las frenadas aumenta constantemente la temperatura de los ejes y esto aumenta el desgaste de la llanta, uno de los tantos problemas con los que tenemos que lidiar día a día especialmente con las flotas de vehículos urbanos de transporte humano por sus constantes frenadas.
El caucho se comienza a calentar poco a poco hasta que llega a temperaturas que no aguanta y se estalla eventualmente, lo cual no sólo produce altísimas pérdidas para nuestros clientes por la pérdida de la llanta sino por lo que se pueda dañar en el accidente y además puede generar accidentes lamentables.
Para eso nos inventamos el “deflector de calor”, un sencillo dispositivo que va entre el rin y la llanta que a partir del aire la mantiene más fresca de lo que estaría si estuviera pegada directamente al rin. Estos deflectores actúan alejando el calor de los ejes y frenos de la llanta, para lograr que ésta se mantenga en una menor temperatura.
Gracias a este invento hemos reducido por completo el estallido de llantas por aumento de calor en todas nuestras operaciones.