Autor: Daniel Tellez

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El mantenimiento preventivo es una revisión mecánica que se le hace a cada vehículo para conocer su estado actual, la fotografía mecánica del mismo, para poder prever el comportamiento que tendrá el mismo. Entre más mantenimientos preventivos se hagan, esa previsión será mucho más acertada porque los datos que recolectamos en este servicio serán más acordes a la operación que se le da al carro. 

En un mantenimiento preventivo, además de hacerle una inspección general, se le hacen algunos trabajos básicos como rotación de llantas, alineación, balanceo y revisión de fluidos, con el objetivo de aumentar la duración de cada uno de las partes involucradas que son las de mayor desgaste en cualquier vehículo. Para un carro particular, este mantenimiento se debe hacer cada 5000 kilómetros y para vehículos operativos o de servicios este se debería hacer constantemente. 

Además de mantener la máquina funcionando de la manera más adecuada, el mantenimiento preventivo logra unos ahorros muy importantes que afectan otras partes: 

  1. Disminución de riesgos de varada: con el vehículo funcionando adecuadamente es muy improbable que tenga varadas en la vía inesperadas que se relacionen con el aceite, líquido de frenos o incluso el refrigerante. Pero además aumentará la seguridad de las llantas y esto impacta en la disminución de posibles accidentes. 
  2. Ahorro energético: con una revisión constante, las partes del vehículo estarán en su punto óptimo y esto permitirá que el motor nunca tenga que forzar su operación, sino que por el contrario fluya de manera adecuada y así no desgaste de más ninguno de sus recursos. 
  3. Ahorro de combustible: en el mismo sentido, un vehículo que funciona en la manera óptima no fuerza al motor a hacer esfuerzos innecesarios y por consiguiente no gasta más combustible del que su fabricante indica que debe consumir.

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Administrar llantas es un concepto que surge del mantenimiento preventivo de las mismas en el cual Tellantas desarrollo una inspección detallada de cada vehículo y a partir de eso genera planes programados de cuidado que permiten aumentar el rendimiento de las llantas. 

Nuestra operación se basa en desarrollar una revisión diaria de cada vehículo de nuestros clientes, hacerle un seguimiento y desde ahí logran entender cómo se comporta la operación para comprenderla y finalmente, a partir de los números de desgaste de cada una de las llantas, podemos definir cómo se deben cuidar las llantas. La administración de llantas es el servicio que hacemos para lograr que el rendimiento de una llanta aumente en cantidad de kilómetros, por lo cual para nosotros es muy importante definir el concepto Costo por Kilómetro que es el que nos mide qué tanto estamos aumentando la curva de duración de llantas de nuestros clientes. 

El concepto es realmente muy sencillo: en vez de medir el precio total de una llanta, medimos la cantidad de kilómetros aproximados que puede durar esa llanta y dividir el precio total entre la cantidad de kilómetros. De esa manera vamos a saber cuánto va a costar cada kilómetro que esa llanta sea utilizado. 

Normalmente una llanta económica tiene curvas de rendimiento muy bajas, lo que aumenta directamente su costo por kilómetro: a menos kilómetros, mayor el costo. En cambio una llanta de alta tecnología, como es el caso de la llanta Michelín, se logran mayor cantidad de kilómetros: entre más kilómetros, menor será el costo. 

De esta manera, es que medimos el costo de tus llantas que es una forma de medición mucho más real al costo final. Para explicarlo de otra manera podemos hacer el costo de llantas a cinco años: si cada año tienes que comprar una llanta barata, y en cambio cada dos años (a veces más tiempo) tienes que comprar una llanta de alta tecnología, al cabo de cinco años habrás comprados más llantas baratas que al final te salen más caras. Esto sin tener en cuenta los grandes riesgos de seguridad que puedes estar sufriendo. 

Así que la próxima vez que vengas a Tellantas, pregúntale a nuestros técnicos la diferencia entre el costo por kilómetro de las llantas adecuadas para tu vehículo y sorpréndete con la diferencia.

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La clave para hacer una buena carrera está en el buen frenado. Frenar es quizás lo más difícil de toda la conducción, especialmente en pista, pues medir el tiempo exacto en el que debemos comenzar a frenar y luego soltar es la clave para tener buenos tiempos de carrera.

Para eso te dejamos los siguientes tips para hacerlo cada vez mejor:

  1. Trail breaking: La pista te dice cuándo comenzar a frenar y cuándo soltar, la técnica básica es comenzar a hacerlo antes de la curva y cuando tengas que girar el volante comenzar a soltar poco a poco hasta llegar al pico de la curva. Lo más importante es frenar con toda la fuerza cuando aún no estás girando.
  2. Círculo de adherencia: es el espacio en el que tienes control de tu vehículo y las llantas mantengan la adherencia y el vehículo el momentum. El error más grande es frenar demasiado dentro de la curva para impedir que el neumático se pegue al suelo porque está bloqueado.
  3. No calentar ni frenos ni llantas, mira como en este video se calienta el freno justo antes de la curva y luego el neumático se agarra a la curva. Cumplir con los dos tips anteriores te permitirá hacer este ejercicio adecuadamente. En este video puedes ver un M3 con unas Pilot Sport Cup 2.
  4. Haz movimientos lo más fluidos posibles, entre más fuerte muevas el vehículo o frenes intempestivamente, perderás mucho tiempo. Lo más importante es hacer movimientos suaves y progresivos.
  5. Evita el subviraje: Es decir que trates de evitar al máximo darle peso a la parte trasera al no frenar fuerte antes de la curva, porque eso va a impedir que las llantas delanteras tengan todo el peso en el momento de girar y no entren a la curva, sino que patinen antes de hacer el giro.

Aprovecha estos tips y comienza a mejorar tus tiempos con la mejor frenada, ¿qué te pareció el video de las frenadas?